Estuvimos hospedados en el hotel Grand Oasis con un programa en que estaban todas las comidas incluidas. Cada mañana nos servíamos un desayuno con muchas frutas cereal y café muy bueno. Nelson por supuesto su omelette, "pues se deben consumir suficientes proteínas".
Después íbamos a caminar a orillas de la playa, jugar tennis o pasear por los jardines del lugar.
A la hora del almuerzo y comida debíamos de escoger entre 15 restaurantes, por lo que se imaginaran ustedes cuan difícil era la decisión cada día; tenían comidas: chinas. hamburguesas, sushi, pescados y mariscos, parrilladas de carnes, mexicana, Thai, mediterranea, italiana, caribeña, brasileña, argentina y muchos lugares con buffets gourmets.
Nuestro preferido fue un lugar en que teníamos que hacer reserva, era lo que llaman "Nouvelle Mexican Cuisine". Se podría decir que es un estilo elegante y fino de presentar las comidas y además sugieren una tenida formal. La presentación de las comidas es muy atractiva, los camareros muy formales y ceremoniosos. Utilizan productos de la zona, sin mucho condimento ni salsas. 
Probamos un aperitivo con mango, el que venia en un bloque de mármol con un crostini (canape en pan frances tostado). Nelson se sirvió una sopa de mariscos y como plata principal un robalo (Sea Bass) envuelto en hojas de plátano, adornado con una flor del lugar; yo me serví una ensalada de camarones y arugula y un plato principal de ternera.
De postre un helado frito y fresas condimentadas. La comida fue acompañada por un vino español. Todo muy delicioso. Además tuvimos la oportunidad de ver una linda puesta de sol desde nuestra mesa. !No se podía pedir mas!
En nuestros paseos por los alrededores del hotel observamos varias pinturas y decoraciones que nos llamaron la atención.
Fue verdaderamente una semana de descanso y distracción.
