lunes, 12 de abril de 2010

EXCURSION A TERMAS Y PETROGLIFOS

Martes 9 de Febrero 2010
CAPITULO 8. EXCURSIÓN GUIADA A MAMIÑA Y PETROGLIGOS.
Me pongo de nuevo al frente del computador para seguir mis relatos y darles más pormenores de nuestro viaje ( no sé si alguien estará siguiendo mis reseñas).
Esta vez decidimos hacer un tour guiado hacia Las Termas de Mamiña, ubicada a 125 kilómetros de Iquique, aproximadamente dos horas de viaje. Nos pasaron a buscar a las 9 de la mañana en un mini-van para ocho personas, pero solamente fuimos cuatro. Empezamos a subir montañas, la carretera era muy estrecha pero la vista desde la altura era espectacular, sólo una mirada me bastó, pues la altura me asusta, ¡qué le voy a hacer!, preferí mirar al lado contrario donde veía el vehículo casi apegado al cerro. Me dí cuenta que no había espacio para dos vehículos; en un momento alguien venía del lado contrario, éste debió parar muy cerca del cerro para darnos la pasada. ¡Nada de agradable la sensación!. Después de media hora subiendo alturas, llegamos a la planicie, a un pueblo llamado Alto Hospicio. Uf! Que alivio! Aqui nos detuvimos en un servicentro a refrescarnos y servirnos un cafecito o bebida, ya nos sentimos mejor. Pampa del Tamarugal
El guía nos contó que ese pueblo se había formado no hacía mucho tiempo, debido al boom que hubo cuando instalaron la ZOFRI en Iquique (1975) y por las minas de cobre. Llegaron al lugar muchos peruanos y bolivianos , quienes empezaron a cultivar hortalizas y plantar arboles frutales, nadie lo había hecho hasta el momento debido a lo árido del terreno, parece que han tenido éxito, pues vimos algo de vegetación.
Continuando por la Pampa del Tamarugal nos sorprendió ver tantas cruces a los costados del camino. El guía (de descendencia aymará) nos contó que esas eran animitas, gente que había fallecido en circunstancias trágicas en esos lugares y la gente les atribuía poderes milagrosos y como retribución a lo concedido les colocaban flores, les encendían velas o les levantaban un altar con piedras o neumáticos. Verdaderamente era peligroso el camino, curvas, alturas, y cuando había planicies los conductores manejaban a exceso de velocidad.
El guía detuvo el van y nos hizo bajar para mostrarnos algunos Petroglifos y Geoglifos, abundantes en la zona norte de Chile. Los Petroglifos son representaciones gráficas grabadas en rocas o piedras y fueron hechas por antepasados pre-históricos especialmente como indicadores de que en tal dirección había agua o era propicio para la agricultura. A diferencia de los Geoglifos, que son figuras construídas en las laderas de los cerros o en la planicie. Admirando la Iglesia San Marcos
Cerca de la doce del día llegamos a la plaza del pueblo, éste tenía una plazoleta y una iglesia con dos campanarios de madera, llamada San Marcos. Las calles eran empedradas o de tierra, supimos que la gente del lugar eran descencientes de los antiguos aymarás y quechuas, muy apegados a las tradiciones y costumbres ancestrales. Seguimos por las calles angostas y de tierra, atravesamos un portón en que había alguien cobrando entrada, el guía le dijo que primero entraríamos a mirar y si nos gustaba nos quedaríamos. Había un pozo de color barro en que había gente bañandose, el guía nos aviso que teníamos al frente Las Termas de Mamiña, le preguntamos dos veces si habría además de ese lugar otro con el mismo nombre, nos contestó que no. Yo me estaba aprontando a ver un elegante terreno muy bien cuidado y con especialistas en masajes y en la atención de clientes. Nos preguntó si queríamos quedarnos o tomar un baño de barro, nuestra respuesta unánime fue negativa. Agradecimos el que nos hayan dejado entrar. Nuestro chofer nos llevó al hotel del lugar donde nos servirían el amuerzo, felizmente en este lugar había una piscina, en la que pudimos zambullirnos y refrescarnos.
Almorzamos en el Hotel Cardenales , bastante tranquilo y muchos cardenales. Tuvimos un almuerzo casero. Este era además un hotel dormitorio para los trabajadores de las minas. Les proporcionaban desayuno y comida a las 7 de la tarde. Ví que les estaban preparando un pastel de papas para recibirlos esa tarde.
Abandonamos el lugar a las tres de la tarde. Regresamos por la misma carreterra.
Al llegar a Iquique ubicamos un lugar cerca del hotel para comer, pues todos estábamos bastante cansados, creemos que la altura y el paisaje tan árido nos hizo sentirnos algo fatigados. Pero fué una buena aventura.

1 comentario:

Mabelita dijo...

Nancy, yo estoy fascinada siguiendo tu relato desde mi pega (despues te cuento en que trabajo)son las 12,30 AM y tenemos un solcito bien agradable. cariños Mabel